Vestidos de película

El vestuario juega un papel muy importante en prácticamente todas las películas, convirtiéndose muchas veces en un personaje más.

Repasamos los mejores, esos trajes de película que se han convertido en iconos de la historia del cine. Desde Gilda hasta la Reina Amidala, pasando –como no- por Holly Golightly, personajes y escenas que permanecerán siempre grabados en nuestras retinas.

El inolvidable traje negro de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Delicado, elegante y con un original escote en la espalda, que se luce en todo su esplendor al inicio de la película, cuando Holly se acerca croissant en mano, al escaparate de Tiffany. Todo el vestuario de la actriz en el filme corrió a cargo de su diseñador de cabecera, Hubert de Givenchy, bajo la supervisión de la gran Edith Head, probablemente la diseñadora de vestuario cinematográfico más famosa de todos los tiempos. Los complementos al vestido fueron, como no, impresionantes joyas de Tiffany&Co. Para la imagen promocional de la película, Audrey lució un asombroso collar con el diamante amarillo más grande jamás encontrado, propiedad de la mítica joyería y utilizado sólo dos veces desde que fuera descubierto en el siglo XIX en una mina sudafricana.

No pueden faltar en nuestra lista de vestidos icónicos, absolutamente todos los que luce Escarlata O’Hara a lo largo de las cuatro horas que dura Lo que el viento se llevó. Desde el vestido verde confeccionado con las cortinas de Tara hasta todos los románticos modelos llenos de volantes que lleva en los primeros minutos de la película.
El musical Grease, inspirado en los años 50, pero estrenado en 1978, hizo soñar a toda una generación con faldas de vuelo para dar vueltas en la pista de baile. Sin embargo, si hay un momento inolvidable en la película, ése es cuando Sandy decide sorprender a todos cambiando por completo de look y pasando de su imagen de niña buena a una mucho más rebelde. Betsy Coz fue la responsable de ese cambio y también de todos los vestidos que lucen las actrices durante el filme.

La tentación vive arriba, una de las comedias más famosas de Marilyn Monroe gracias a una de las escenas más inolvidables de la historia del cine: el momento en el que la actriz se coloca sobre una rejilla de ventilación. La escena tuvo que rodarse dos veces, primero en la calle y más tarde en un estudio porque el ruido de los curiosos había estropeado la primera toma. El vestido blanco de la escena recreada hasta la saciedad fue subastado este verano por nada menos que 3,2 millones de dólares y ha servido de inspiración a muchos diseñadores a lo largo de los últimos años.

El escueto vestido de Julia Roberts al inicio de Pretty Woman, sus botas extra-altas, la peluca, la visera… todo forma parte ya de nuestro imaginario colectivo.

Uno de los once Oscars que ganó Titanic, fue para el diseño de vestuario en la película, obra de Deborah Lynn Scott. Entre los trajes más inolvidables, el modelo marino y blanco que luce Kate Winslet a su llegada al transatlántico.

¿Tu favorito no está en la lista?! Escribeme y explicame porque este vestido marco tu vida y lo añadimos!